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Definimos ruido cuando encontramos sonidos, simples o complejos, pero disarmónicos de alta intensidad, desagradables y molestos.

El ruido tiene múltiples efectos sobre el ser humano. Uno de los más importantes es la incapacidad para la comunicación, lo que reduce la calidad de vida y la socialización.

Se estima que un tercio de la población mundial padece algún grado de hipoacusia, o sordera causada por la exposición a sonidos de alta intensidad. Esto es un problema que se ha incrementado conforme la civilización avanza.

Se pensaba que las fuentes del ruido se encontraban sólo en los lugares de trabajo (maquinarias, golpes fuertes), pero, en la actualidad, los podemos encontrar, por ejemplo, en casa (electrodomésticos), en la calle (transportes aéreos y terrestres), en la oficina (impresoras) y lugares de entretenimiento (antros, bares). Desgraciadamente nos afectan a todos.

El primer paso para proteger nuestra audición es entender qué sonidos pueden ser perjudiciales.

La siguiente información nos ayuda a saber los niveles de riesgo de exposición a ruido.

 

 

La pérdida auditiva permanente puede ocurrir en tan sólo 15 minutos ante la exposición a ciertos sonidos. Incluso puede suceder casi instantáneamente tras la confrontación sin protección al ruido generado por armas de fuego y ciertas herramientas eléctricas.

Si su audición es susceptible a cualquier sonido sobre 90 dB, necesita actuar inmediatamente para prevenir un daño auditivo.

Los MEDAUDIÓLOGOS nos preocupamos por ofrecer audífonos con la más alta tecnología que facilita el entendimiento de conversaciones ante el ruido.

Además contamos con tapones auditivos hechos a su medida, lo que ayudará a preservar su audición.